martes, 14 de julio de 2009

Sexto Destino: Pinamar

Año nuevo, vida nueva. Así me planteé este 2009 que comenzó. En diciembre del 2008 todo el mundo tenía las vacaciones planeadas, y yo estaba en veremos. Quería descansar de mi 2008, y empezar con nuevas vibras. Pero no descansar de mis compañeras de todo el año, a las que veía 20 hs de las 24 que tiene el día ya sea para preparar el programa de radio, para estudiar psicología, para hacer los benditos documentales de Cristina Gioglio o de Cueto Rúa. Ellas que dejaron de ser simples compañeras de estudio hace rato y que se convirtieron en mis grandes amigas. Es así que de un día para otro, en una de las tantas juntadas en la pileta, decidimos irnos las tres mosqueteras a Pinamar, una ciudad pintoresca (demasiado top para mi gusto) que ya las tres conocíamos muy bien por veranear años anteriores con nuestras familias. Puedo asegurar que tranquilamente nos hemos cruzado por Centerplay, o por Ufo Point algún verano sin conocernos. Y este año fuimos otra vez pero a disfrutar las vacaciones juntas. A continuar con la risa de todo el año, con la música, la diversión, la compañía, y el apoyo incondicional de ese 2008 que se nos había presentado con ciertos obstáculos. Pero aumentando la confianza, la unión y fortaleciendo la amistad en cada día.

Arrancamos nuestro viaje con la ida a Carrefour en La Plata para economizar los gastos en la ciudad balnearia que no se caracteriza precisamente por los buenos precios. Llenamos el baúl del auto de packs de Coca Cola Light, puré chef, arroz, fideos, polenta (que ni la tocamos), latas de tomate, atún etc. Cada una tenía una tarea asignada, se sabía: Marcuzzi y Selis no iban a cocinar! Lavaban los platos, ponían la mesa, ordenaban o limpiaban la casa, pero para cocinar estaba Seoane con sus deliciosas tartas.

De los días que nos tocaron, no podemos quejarnos. No recuerdo bien pero creo que ni un día nos llovió. Fuimos todos los días a la playa, siempre a la tarde, pocas a la mañana porque creo que si hay algo que nos caracteriza a las tres es nuestra pasión por dormir. Nuestra frase cotidiana era: “¡¡Es buen momento para una siestita!!”. Por eso estaban a toda hora: en la playa al solcito, en la playa al atardecer, (no digo en el mar solo porque estaba revoltoso) al regresar a la casa, antes o después de bañarnos, después de comer, antes de salir, etc.







La timba también nos gusta, seamos sinceros. Por eso a la tarde nos pasábamos jugando a las cartas o al burako en la playa y algunas noches íbamos al bingo del centro (sin obtener buenos resultados).
Durante las primeras noches las tres mosqueteras se sentían un poco mayores para la edad promedio de jóvenes que había en Pinamar (teniendo en cuenta que la costa argentina es uno de los lugares que los chicos eligen para pasar sus primeras vacaciones). Y no sólo era impresión nuestra, sino que lo pudimos comprobar cuando escuchamos que un par de nenes (ojo! sin resentimiento lo digo) se refirieron a nosotras como tres dinosaurios. Pero luego, decidimos hacer oídos sordos y divertirnos como siempre, donde sea, con quien sea y como sea.
Una noche caímos a un departamento en frente del Balneario “El pájaro”. Aunque luego fue mejor conocido como “El perro”. Digo caímos, porque son esas situaciones que se sigue la corriente sin saber a dónde va a parar uno. Y así se conocen a los famosos amigos de amigos, que se convierten en amigos (diría Xuxa). Lo único que sabía era que eran rugbiers, cosa que debo admitir fui prejuiciosa al comienzo. No sé por qué, estereotipos que hace la gente tal vez, que son todos grandotes con pocas neuronas con sólo ejercicio, comida y peleas en la cabeza. Pero con el correr de los días cambié de opinión.
Nos abrió la puerta un colorado que dijo ser el dueño de casa. Luego vimos a varios chicos en una mesa. Eran como diez. Había uno muy alto y flaco, otro colorado que se asomaba desde la pieza de arriba, otro que salía del baño en no muy buen estado, y otro chico muy grandote que tenía el brazo quebrado. Se presentaron pero imposible acordarse de entrada los nombres, o mejor dicho los sobrenombres. Hablaban de un capitán (que era el del brazo quebrado) que tenía una cinta negra en el otro brazo. Cada cosa que ordenaba el “líder” era cumplido por los demás sin cuestionar nada. Nosotras, no entendíamos nada. Nos invitaron a tomar algo y a jugar a unos juegos. Yo creía saber bastante de esos juegos que incitan a tomar (no precisamente agua) pero estos muchachos me demostraron que estaba equivocada. El 21, el barquito peruano, los patos, el medio limón, la abuela eran para mí conocidos. Ahora, el wish, el palito palito, el Alí Babá, el 7, el de la frase, el de los nombres, el de los animalitos, el de las cartas, el de las frutas y que se yo cuántos más no tenía ni la menor idea. El “Ali babá” (que consiste en seguir los pasos de baile de un líder) causaba estragos, fundamentalmente en aquellos que parecían tener una pata de madera, el “yo nunca” se tornaba picante, esas confesiones entre amigos que eran bombas a puntos de estallar. A esa noche le siguieron varias, pero la banda se trasladó al balneario “El perro”, por inconvenientes con los vecinos o mejor dicho con el señor “Dios”. Allí con las sillas y mesas de las carpas armábamos nuestro living en la arena con nada más que la luna alumbrándonos. Charlas, juegos, carreras, anécdotas y mucha diversión de por medio.






Ya entrada la medianoche partíamos a los bares de Pinamar. Las ofertas buenas se reducían a un par. Evitábamos los lugares con demasiada gente, o con música electrónica. Super XV era un bar alejado del centro, grande, al que iba gente conocida. En el bar Puka, sobre la avenida Bounge y Costanera, no logré nunca descifrar cuál era el estilo ya que cambiaban la música de acuerdo al día, y la gente que concurría era muy diversa: adolescentes floggers, chicos vestidos de gaucho hasta hombres mayores. En Morocha Club nos divertía ver cómo bailaba la gente, como si estuvieran electrizados. Y al boliche Ku, fuimos una sola vez. Y será la última. ¿Las razones? Los 50 pesos sin consumición que sale la entrada y el jardín de infantes que es. Sí, definitivamente nos sentimos grandes. Chicos de 1 m 50 cm que te sacaban a bailar de a grupitos con la testosterona por las nubes! Para amortiguar el precio de la entrada y no entrar en crisis con la desilusión que nos causó el entorno infantil, con el cuarteto que habíamos formado (fato, el colo, jope y quien les habla) nos divertíamos haciendo prendas malignas (hasta las bromas de cuando uno es niño se nos habían contagiado por el entorno)



Después de los bares y antes de irnos a dormir, solíamos hacer algunas paradas. Hambrientos, nos dirigíamos a la nueva atracción de Pinamar que era el enorme local de Mc Donalds. Ubicado en un punto estratégico, era el protagonista del amanecer y del sueño que invadía los rostros. El desayuno en la playa mirando el amanecer era el otro destino elegido. La arena era cómplice de las recientes parejas (romántico para muchos, vulgares para otros).
Ya a la mañana un largo camino nos quedaba para volver a la casa. Cuadras que se hacían eternas con la desventaja que en Pinamar además predominan las calles en subida. Haciendo dedo no teníamos mucho éxito, al contrario. Pero un Peugeot 206, de un colorado amigo se apiadaba de nosotras.
 


¿SERÁ VERDAD?
En este viaje será verdad que:
-Había pirañas, zarazas y gomazos por las calles de Pinamar?
-Había un demagogo eligiendo la capitanía?
-Alguien lo escupieron desde un auto verde?
-Un celular explotaba?
-Alguien casi muere a causa de una ola?
-Había duchitas, duchas, duchonas?
-Alguien se enterró con el auto en la arena?
-En la habitación se escuchaban sonidos extraños y golpes?
-Alguien se perdió cuando quiso ir al supermercado?
-Alguien se durmió viendo el amanecer tan romántico?
-Alguien chocó el auto?
-Alguien le encantaba ir a la matiné?
-Alguien se la pasaba diciendo que era buen momento para una siestita?
-Algunas intentaron cambiarle la paleta de colores de la vida de la otra y no lo consiguieron?
-Los churros le pasaron por arriba a los pastelitos?
-Algunos se morían de miedo con los cuentos de terror en la playa?
-Alguien ligaba siempre pelotas de vóley, fútbol, tejo, tennis?
-Alguien se apoyó en una espalda desconocida para atajarse del viento?
-Vieron un show de lo más vulgar entre Nino Dolce y Natacha Jaitt?
-Alguien preparaba el desayuno para las dormilonas?
-Los hits del verano fueron “Donde estará mi primavera?” y “Apareciste tú”?

4 comentarios:

Josefina M dijo...

Me emocioné...
cómo describir en palabras lo que significa ser tu amiga?
Sos única Gil, y ese verano, con sus pro y sus contras, va a ser único también...
cuántas anécdotas, recuerdos lindos, otros tristes, momentos de risa y más risa...
lagrimeo como una estúpida.
Será cierto...
que sos una amiga excelente?
Te quiero mucho
Jose

PILI dijo...

Que lindo verano chicasssss, que bueno que tenemos a gil que nos hace recordar de estos lindos momentos juntas... fue genial!

Gil anda preparando el papel porque habrá muchos mas!

las quiero amigas!

Jo no llores....


PD: y apareciste tu, apareciste tu, con tu hermosa manera de mirar...

Rodri Gallay dijo...

Un comentario interno para Jose: no creo que seas estúpida en lagrimear es síntoma de nobleza y hablaba muy bien de vos.

La crónica muy buena como siempre, no desentona del resto. Por una parte, la polenta no será una gran comida pero es muy fácil de cocinar por lo que siempre hay que tenerla presente. Asimismo, hubo un contrasentido en la devoción de la trilogía por el sueño cuando cursan mayormente a la mañana. Empero, creo que tienen más que merecido todas las siestas que se tomaron y muchas más también.

Por el calificativo que les colocaron unos impúberes imberbes sólo hay que decir que ellos creen que crecen rápido y queman etapas, mientras que ustedes saben ubicarse en tiempo y espacio.

Apostilla al margen: Ku es el boliche al que asiste Flor Kirchner y creo que no merece que
lo honrren con su visita.

Me encantó la parte de la casi pérdida del viaje en colectivo, digna de algún cuento de Agatha Christie. Para finalizar me quedó una duda con la presencia de las zarazas en las calles de Pinamar.

Besos Gil y aguante Leandro Cufre, del lobo a la selección.Ah, respondo afirmativamente al interrogante abierto por Jose.

Pi dijo...

Noo!! Muy bueno gil!
Me reia sola mientras leia,
Que veranito que tuvieron muchachas ehh!! movidito movidito, jaja

Que lindo conocerlas!!
A vos jo ya no te banco mas! =)

Beso gigante Gil!!
Segui escribiendo que me encanta..
Muakks! =)

Pi

Pd. algun dia vamos a ganar en el bingo.. muejeje