martes, 29 de enero de 2013

A Isla Negra en busca de Neruda

“…La casa... No sé cuando me nació... Era a media tarde, llegamos a caballo por aquellas soledades... Don Eladio iba delante, vadeando el estero de Córdoba que se había crecido ...Por primera vez sentí como una punzada este olor a invierno marino, mezcla de boldo y arena salada, algas y cardos...Aquí, dijo don Eladio Sobrino (navegante) y allí nos quedamos. Luego la casa fue creciendo,  como la gente, como los árboles…”

Cuando era chica tenía un sueño: quería ser escritora. Bueno, también confieso que tuve una época que quería estudiar arqueología para irme al sur a desenterrar dinosaurios (?). Pero la pasión por la escritura comenzó desde pequeña y aún continúa. Muchas veces mientras leo un relato me pregunto desde dónde lo habrá escrito el autor. ¿Qué habrá inspirado a García Márquez a escribir “Relato de un náufrago”? ¿Lo habrá inspirado el mar? ¿el olor a café colombiano? O tal vez simplemente su fuente de inspiración fue la ducha como lo fue para el matemático Arquímedes cuando gritó la célebre expresión "¡eureka!" tras descubrir, durante un baño de inmersión, el método para determinar el volumen de un objeto con una forma irregular. 


Lo cierto es que en Chile se encuentra Isla Negra, una de las casas de Pablo Neruda y allí voy entonces junto con mis compañeros de ruta en búsqueda de uno de los lugares de mayor inspiración del poeta chileno.

La casa-museo se encuentra a unos 200 km de Valparaíso, inserta en el paisaje costero y la historia dice que el lugar antes se llamaba Las Gaviotas y que el poeta lo rebautizó como Isla Negra por el color de sus rocas y porque a pesar de no ser una isla, ahí podía aislarse para escribir.

Ni bien ingresamos al hogar, Neruda nos da la bienvenida con una leyenda grabada en una pared a la entrada: “Regresé de mis viajes. Navegué construyendo la alegría".


Hermoso mensaje, ¿no?

Un chileno alto y morocho que pienso será nuestro guía nos acerca unos auriculares y nos explica cómo avanzar en el recorrido. En el audio-guía están incorporadas las explicaciones de cada una de las habitaciones de la casa, desde la bienvenida que corresponde al número uno, hasta la estancia 16, que corresponde a la tumba de Neruda y su amada esposa Matilde Urrutia. Brinda información histórica de manera dinámica incluyendo interesantes y curiosas historias del lugar y sus objetos. Como la vez que el escritor compró esta casa (antes sólo era una cabaña de piedra) a un marino español llamado Don Eladio Sobrino en el año 1939.

Pero luego, como escribió el poeta: la casa fue creciendo, como la gente, como los árboles...”. Y fue creciendo a su antojo. Con el mar como principal protagonista.


Neruda decía que era un navegante de boca. ¿Sabían que no sabía nadar?

Neruda, amante del mar, construyó la casa como un barco con techos bajos, pisos de madera crujientes, y pasillos estrechos donde guardaba sus colecciones más insólitas: mascarones de proa, pipas, botellas, máscaras, fotos de sus poetas favoritos, barquitos embotellados, réplicas de veleros y pinturas de artistas famosos. Encima de una de las tantas mesas que hay desparramadas por la casa hay una brújula china, un sistema planetario, libros sobre aves y una impresionante colección de caracolas traídas de todo el mundo (esta sala fue un proyecto que el poeta dejó inconcluso al morir y que la Fundación Neruda se encargó de terminar). 

A través de éste hogar hecho de a pedazos, con retazos, con hallazgos, lleno de colores y de historias, puedo ver la vida del poeta. Neruda era, sin dudas, un coleccionista apasionado. 

Me quedo asombrada con el inmenso y antiguo globo terráqueo y con la sala del caballo y su historia. Éste ambiente lo mandó a construir el escritor especialmente para albergar un enorme caballo de papel maché que compró y que era propiedad de una ferretería incendiada en Temuco, la ciudad del sur de su infancia. Cuando él era pequeño, pasaba por la ferretería todos los días y según cuenta la leyenda había dicho que algún día lo iba a comprar. Cuando Neruda se enteró del incendió compró el caballo e hizo una fiesta para celebrar su nueva adquisición a la que invitó a sus amigos más cercanos. Pero había un problema. Debido a las llamas, el caballo no tenía cola. Entonces tres de sus invitados le regalaron colas de caballo. Neruda le puso las tres y entonces decía que su caballo era el más feliz del mundo porque era el único que tenía 3 colas! :)

Hay también espacios que conmemoran su amistad con algunos poetas muertos, cuyos nombres hizo grabar en las vigas del bar que preside un timón de barco. Miro en especial el nombre de Miguel Hernández. Debo admitir que por unos instantes deseo ser un personaje de Woody Allen para teletransportarme como en la película “Medianoche en París”. Y estar ahí entre poetas amigos, hablando de versos, tomando un trago en el bar que simula ser un barco y fumando una pipa por qué no.


Pero sin dudas, el lugar que más atrae mi atención es la Covacha. Éste era uno de los lugares de la casa en el que Pablo se recluía a escribir. Le había puesto techo de zinc, para escuchar el ruido de la lluvia y evocar así las sensaciones del hogar de su niñez, en el lluvioso sur de Chile. Neruda decía que el mar era un regalo que habían dejado frente a su ventana: 


"El Océano Pacífico se salía del mapa. No había donde ponerlo. Era tan grande, desordenado y azul que no cabía en ninguna parte. Por eso lo dejaron frente a mi ventana."

Pensar que allí, escribió parte importante de su obra literaria...

Mirar desde el gran ventanal ese mar revoltoso y escuchar el rugido de las olas realmente inspira. Me inspira ese olor marino, mezcla de arena salada y algas. El profundo mar azul y las rocas negras rodeadas de blanca espuma, me dejan sin palabras. Me quedaría horas mirando cómo las olas rompen en el roquerío. Y entonces, de repente, me surgen unas terribles ganas de sacarme los auriculares y sentarme a escribir en su escritorio. Deseo que los visitantes de alrededor mío desaparezcan. Tomar su pluma de tinta verde, y empezar a escribir...


Y así con el Océano Pacífico, imponente, me robo un poco de ese espíritu, y me llevo prestado ese aire con olor a barco y ese puñado de arena en los bolsillos. Cierro los ojos para sentir el crujir de la madera. Y me lo imagino a Pablo escribiendo sobre el escritorio con su pluma y llevando puesto el traje que usó en 1971 para recibir el Premio Nobel de Literatura. Ese que aún está intacto en el ropero de su habitación, la que parece un altar con la cabecera de la cama hacia el oriente y con el mar a los pies.


La casa tiene personalidad propia. Es mágica. Guarda objetos curiosos y valiosos en un entorno dominado por el mar. Pienso que son suficientes razones para que Neruda decidiera ser enterrado en Isla Negra junto a su amada esposa Matilde. Allí, donde la poesía y la naturaleza se entremezclan de manera perfecta.  En el interior de la casa no se pueden sacar fotografías. Una lástima. Ya sin el audio guía recorro los alrededores con una mirada nostálgica… la de observar una casa en la playa que fue fuente de inspiración de poemas que han dado la vuelta al mundo.

***

Neruda vio Isla Negra por última vez en 1973, luego del sangriento golpe militar chileno, ya que estaba enfermo y tuvo que abandonar la casa para dirigirse a un hospital en Santiago. Recién en 1992 sus restos fueron trasladados hasta Isla Negra cuando se cumplió así la voluntad que el poeta había expresado hacía casi cincuenta años atrás en su poema “Disposiciones” del Canto general:

“Compañeros, enterradme en Isla Negra, / frente al mar que conozco, a cada área rugosa de piedras/ y de olas que mis ojos perdidos/ no volverán a ver...”




DATOS ÚTILES

Ubicación: 

  • Poeta Neruda s/n, Isla Negra, El Quisco. 
Reservas:
  • Teléfono: (56) 35-461284 
  • Email: reservasislanegra@fundacionneruda.org. El envío del correo no constituye reserva confirmada. 
  • La casa museo de Isla Negra sólo recibe visitas guiadas. 
Precios:

  • Visita guiada (español e inglés): $4.000 CH por persona. 
  • Audio guía (varios idiomas): $4.000 CH por persona. 
  • Estudiantes y jubilados: $1.500 CH por persona. 
Horario de Atención:


  • Marzo a Diciembre: Martes a domingo de 10 a 18 hrs. 
  • Enero y Febrero: Martes a domingo de 10 a 20 hrs. 
  • Lunes cerrado.

martes, 22 de enero de 2013

Amor a primera vista por una ciudad: Valparaíso

No sé la razón pero Valparaíso había despertado en mí una gran curiosidad desde hace ya un largo tiempo. Era de esos lugares que figuraban en mi lista de las ciudades que quería conocer. Aunque confieso, no sabía casi nada del lugar. Simplemente su nombre, sencillo pero dulce, me había atrapado desde el principio. Valparaíso… no me digan que no suena como un buen lugar para conocer! No es como las localidades de “Salsipuedes” en la provincia de Córdoba (Arg); “Vagina”, localidad rusa o “Fucking”, un pequeño pueblo austríaco que con el respeto que merecen sus habitantes me dan risa sus nombres. Pero lo que yo no sabía era cuántas sensaciones iba a despertar en mí esta comuna chilena. Y sí, debo confesarlo. Con Valparaíso fue amor a primera vista…


Muchos de ustedes ya sabrán que hace cuatros años consecutivos despido el año que se va y recibo al año nuevo de una manera especial: viajando con amigos. Haciendo lo que más me gusta y con las personas que más quiero. Me genera mucha curiosidad saber cómo se festeja en otras partes del mundo, conocer cuáles son sus tradiciones y costumbres a la hora de celebrarlo. Volviendo al tema, el año pasado fue un gran año, lleno de enormes cambios a nivel personal, por lo que entonces no iba a ser la excepción.


       Desde las 00:01 del 1ero de enero del 2012 donde me encontraba brindando con fernet entre amigos en un camping charrúa yo ya sabía que iba a darle la bienvenida al 2013 en otro lugar desconocido. De hecho hace ya un tiempo que mantengo una larga tradición familiar que dice que a la medianoche hay que salir a dar la vuelta a la manzana con una mochila/valija/equipaje a cuestas para que el año nuevo que comienza traiga viajes y más viajes. Creer o reventar. La verdad que a mí nunca me ha fallado (y eso que hasta di vueltas alrededor de carpas a falta de una manzana para rodear!).

Pero debo confesar que en enero del 2012 no tenía la menor idea de dónde sería mi próximo destino. En mayo tampoco. En agosto y septiembre mucho menos. Fue creo que a finales de octubre, cuando me encontraba en un importante estado de locura por la inminente entrega de la tesis que en uno de nuestros almuerzos típicos de jueves con mi amiga Merchu decidimos ir a Valparaíso con nuestros compañeros de ruta y comenzar el 2013 allí. 

       Compramos los pasajes, hicimos listitas, en el medio nos recibimos, terminamos de mudarnos, puteamos a la AFIP unas cuantas veces e hicimos couchrequests. ¿Couch qué? Acá les paso una nota interesante de una de mis bloggueras favoritas y una infografía que encontré hace un tiempo para que se informen aquellos que no saben de qué se trata Couchsurfing pero que tienen ganas de conocer otra manera distinta de viajar!  ;) 

Los couchsurfers más experimentados sabrán que a veces es difícil conseguir couch. Más difícil si es en enero donde muchos se van de vacaciones. Un poco más difícil si es en año nuevo. Y mucho más difícil si son 4 las personas que viajan. Pero nunca digas nunca y hete aquí que para la alegría nuestra conseguimos alguien que nos hospede en Valparaíso la noche de año nuevo!

(Hacé click acá si querés ver una parte de los fuegos artificiales. El show pirotécnico dura en total más de 25 minutos)

       Párrafo aparte merece la presentación de la familia Leiva que nos recibió. Nati tiene 22 años y ama la naturaleza y los deportes. Tres días bastaron para conocer su filosofía de vida, la de vivir cada instante como si fuera el último. Hace solo tres meses que está en CS y era la primera vez que hospedaba. Y pobre, le fuimos a caer nosotros 4! 

      -Pavimenta, Gil, pavimenta- me dice Danilo, el papá de Nati mientras que me muestra como le echa encima una gran cucharada de palta a su tostada. Y con este simple gesto me demuestra su bondad y generosidad. Es pelado y con bigotes. Tiene una gran sonrisa que muestra cada vez que cuenta sus anécdotas. Y como buen conductor de micros de larga distancia tiene muchas. Las de argentinos abundan, y siempre está la imitación del “che boludo” entre sus frases. 



       Su mujer, Herminia, es retacona y con rulos. Una gran cocinera, y un poco tímida al principio. Me gana la curiosidad y le pregunto sobre cómo se conocieron. La timidez es dejada de lado, y con lujo y detalle me cuenta que se conocieron en una casa de una señora adinerada donde trabajaban juntos y que por mucho tiempo se vieron a escondidas. El niño que cuidaban era el único que sabía pero él guardó el secreto de la nana. Años más tardes le mostraron el resultado final de esta historia amorosa a la señora: una familia feliz con tres hijos. 


        Que la cola de mono se hace así, que el mote con huesillo asá. Que si una persona de bajos recursos económicos escucha reggaetón en la micro sin auriculares tiene una actitud flaite, y que cuicos son los conchetos. Que bacán significa algo muy bueno, como filete o la raja (cuando es mucho más que bacán). Pero si algo es un exceso es brígido o cuático y si alguien está borracho está en la escoba o arriba de la pelota. Nos empapamos de palabras y dichos chilenos y aprendimos recetas populares. Y aunque parezca poco, tres días bastaron para encontrar en Nati y en sus padres, nuestra gran familia chilena. De esas experiencias que parecen que el tiempo corriera a una velocidad distinta porque son esas personas que sin conocerte abren las puertas de su casa y en pocos días te hacen sentir la calidez de un hogar de años.




     No estaba segura de qué iba a encontrar cuando visitara Valpo (como le dicen los locales). Mi único conocimiento de la ciudad era que tenía cerros, muchos cerros. Pequé de ignorante, y al imaginar los cerros yo pensaba en naturaleza, como los cerros a los que nos tiene acostumbrado nuestro país. Pero en realidad Valparaíso está emplazado en una bahía rodeada de cerros, en los cuales vive la mayor parte de la población. 

    Son alrededor de 46 y están llenos de casonas antiguas, iglesias de diferentes congregaciones y paseos para recorrer. De hecho, debido a las pendientes de sus cerros, muchos de los sectores aledaños de Valparaíso son inaccesibles por los medios de transporte. Es por ello que hay ascensores que además de ser puntos turísticos unen la parte alta de la ciudad con la parte plana.


       Desde los ascensores se pueden ver vistas panorámicas de la ciudad portuaria...



 
Una de las cosas que más me fascinó de la ciudad fueron sus colores. Sin dudas, Valpo es la ciudad más colorida que conocí en mi vida. Las casas están aferradas a las laderas empinadas de los cerros y están pintadas en colores brillantes en los tonos de rojo, amarillo, naranja y azul o en tonos pasteles como verde agua, celeste o lila.
         (En el 2003 la Unesco declaró al casco antiguo de la ciudad como Patrimonio Cultural de la Humanidad)
     












Valparaíso es un lugar para recorrerlo a pie; una ciudadonde lo más bello no reside en los grandes monumentos históricos, ni en los atractivos naturales sino en las pequeñas cosas, en los sorprendentes pasadizos y en sus curiosos detalles. Durante mi visita no podía dejar de mirar para arriba y observar los balcones de hierro con macetas llenas de coloridas flores. O detenerme a sacar fotos a las ropas colgadas y a los cables que se entrecruzaban. 



       






Ni que hablar de los callejones empedrados y rincones escondidos, ideales para perderse entre sus laberintos…


         

 

       Y encontrar muchos gatos descansando al sol…






    
personajes...


y mensajes...


  

      Pero el hecho que más atrajo mi atención fue la gran cantidad de murales y grafittis que hay. Y yo que pensaba que mi ciudad, La Plata, estaba llena de Street Art. Pero Valparaíso respira arte callejero!! Lo que algunos ven como vandalismo en muchos países, acá es parte de la cultura. Las paredes de las casas están adornadas con fascinantes murales. Parecen caleidoscopios de colores. La ciudad misma es un museo de arte viviente.


        Los más bellos murales se encuentran en los cerros Concepción y Alegre en los Paseos Yugoslavo, Gervasoni y Atkinson. Durante las fiestas de año nuevo, muchos de estos paseos miradores se llenan de turistas que acampan desde temprano para tener una vista más privilegiada del gran espectáculo pirotécnico que se realiza desde 1953. Después de las 12, locales y turistas salen a carretear (salir de fiesta) en las calles y bailan al compás de la música. Esa noche todo es alegría en los cerros, todos son amigos de todos. De hecho es uno de los pocos momentos donde podés pasar chupando un terremoto (trago típico hecho a base de vino pipeño, helado de piña y granadina frente a un paco (policía), abrazarlo,  brindar y sacarte una foto sin que te lleven  preso!

     En general los artistas pintan las paredes pero también hay obras de arte en las escaleras, en las farolas y en los letreros de la calle. 




      Hay grafittis socio-políticos, históricos, sexuales, con escenas de la ciudad porteña y con mensajes a favor del cuidado del medio ambiente. Otros, simplemente son decorativos pero transforman las paredes de Valpo en bohemios y pintorescos paisajes. 



  

 

      


  



  

Y para finalizar volvió la sección ¿SERÁ VERDAD?

En este viaje, ¿SERÁ VERDAD QUE:
El show de fuegos artificiales se demoró 5 minutos y algunos locales sintieron vergüenza y hasta pensaron que no iba a arrancar nunca?
- Había una nena de 6 años que bailaba sensualmente y cantaba…"te haré el amor hasta el amanecer"?
- Había un caballero que revoleaba las piernas y bailaba desacatado en un balcón ?
- La casa de cambio de monedas era una gomería?
- El señor de la casa de cambio le pidió permiso a Merchu y le firmó el yeso?
- El hit del verano fue adiós tía Paty, adiós tía Lela, adiós tía Yoselin?
- Algunos compañeros de ruta pensaron en armar una banda que se llame carretero cuático?

PD: Gracias a Alejo Santander por el post "Viaje por el #StreetArt de Valparaíso", blog en Infobae.com